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Dana’s Halloween Week: Shadows of the Damned

Los juegos de Grasshopper Manufacture no fueron los mismos luego de No More Heroes. Después de ese juego Suda51 no dirigió de manera formal ninguno de los productos de la empresa, enfocándose más en ser un director creativo/productor. Debido a eso se fue perdiendo como el carisma que solía caracterizar al querido estudio japonés, y nada los devolvió a la gloria de Killer 7 y el mentado juego de Travis Touchdown.

Entonces se podría argumentar que Shadows of the Damned fue el primer juego en abrir de manera oficial la etapa moderna de Grasshopper Manufacture, porque fue donde más se empezaba a notar la tendencia de ser raro por el simple hecho de ser raro (piensa en todo lo que ha hecho Tim Burton en los utimos 15 años), con más de un chiste forzado y temas que simplemente no tenían la sátira y trasfondos sociales de previos trabajos.

Pero mentiría si dijera que no me encanta el Shadows of the Damned.

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Es que es tan estúpido que no puedo evitar si no sonreír cada vez que inicio el juego, y no precisamente por lo increíble de sus chistes. Como juego es muy divertido, con un gameplay pulido y un apartado visual de primera donde todo lo que haces genera una reacción bastante satisfactoria, como en aquel artículo de Senran Kagura que escribí hace varias lunas.

Shadows of the Damned es un shooter en tercera persona de horror originalmente concebido como un juego de terror puro, más psicológico y maduro, co-producido por Shinji Mikami y Suda51 pero que lamentablemente tuvieron que cambiar innumerables veces por solicitud de la publicadora EA, quien claramente no sabe hacer otra cosa si no cagarla con cada cosa que toca.

Lo bueno es que el concepto que tenían originalmente llamado Kurayami está siendo publicado en forma de manga, así que no todo está perdido.

Al final el resultado fue más bien un título estúpido, simplón y que no tenía muchos tonos temáticos dignos de analizar, y de hecho se siente como un gran chiste de penes de 10 horas de duración. Me atrevería decir que no es cómico ni siquiera para los que disfrutan del humor simplón porque las líneas son tan comunes y predecibles que más bien mueves la boca por un microsegundo para luego pisar start y saltar la escena.

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La historia es una pendejada, eres García Hotspur, un mexicano culo malo y caza demonios, salvando a tu novia de las garras de un demonio que la ha secuestrado en venganza por sus amigos caídos, por lo que el protagonista decide bajar al infierno mismo y acabar con todos hasta recuperar el amor de su vida junto a su compañero esquelético.

Lo bueno de Shadows of the Damned, sin embargo, es lo que concierne al apartado sonoro, visual y de gameplay. La atmósfera es muy buena cuando el juego cierra la boca y te permite explorar el mundo mientras disparas a los seres infernales que te encuentras en el camino para salvar a tu damisela en apuros. El gameplay se centra en un híbrido de puzle y tirador en tercera persona, donde debes tener cuidado al navegar los niveles para no tocar la oscuridad que invade cada rincón del inframundo, y muchas veces pondrán a prueba tu ingenio y capacidad de improvisación al obligarte a pensar rápido para mantenerte con vida en medio de esta.

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Es muy obvio que esta mecánica iba a ser mucho más importante, y posiblemente más profunda, no sólo desde un punto de vista de gameplay, pero si uno del tipo temático, y me hace preguntar cómo habría sido concebido Shadows of the Damned si EA se hubiera callado la boca y dejado a Suda51 hacer lo que le diera la gana.

La banda sonora compuesta por Akira Yamaoka es una delicia cuando de hecho te permiten oírla, porque muchas veces estará ahogada entre disparos y la cacofonía del bajo mundo, pero cuando toca establecer un ambiente tétrico es justamente cuando sobresale.

Se podría pensar que estoy siendo un poco rudo con Shadows of the Damned, pero soy crítico de este porque me frustra como puedes ver un potencial gigantesco debajo de toda esta capa de humor idiota y chistes forzados. El juego entero se ve que fue hecho como con desdén hacia la publicadora y todo se elaboró como un gran dedo medio a los inversionistas que no deberían tener palabra alguna de cómo los creadores hacen su magia. ¿Quieren disparos? acá tienen una escena donde el arma crece y se dispara como si estuvieras eyaculando, ¿quieren una historia simple? salvemos a la damisela en apuros con poca ropa. Y así sucesivamente.

En pocas palabras, Shadows of the Damned es esa niña inteligente de la clase que fue forzada a bajarle un poco a los estudios porque las demás se sentían estúpidas al lado de ella.

Pero es el diseño de esta visión del infierno y la manera tan satisfactoria en la que aniquilas a cada criatura que se te pone enfrente las razones principales por las cuales recomiendo este juego tan cuestionable, y quién quita y no piensas tan mal de la historia como yo lo hice, porque capaz mi disgusto tiene que ver más con mi fanatismo hacia Grasshopper Manufacture y Suda51 que cualquier otra cosa.

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Tiene sus graves fallas a nivel de historia, pero como juego y experiencia es tremendo. Lo recomiendo porque tiene ese feel de película grindhouse al 100% que no falla en pleno Halloween, y como el gameplay es cómodo, y la dificultad está al pelo también sirve como ese título que puedes jugar con un chocolate caliente y envuelta en tu manta más cómoda.

Supongo que si te gustó Machete y piensas que sería mejor con un tema de Survival Horror podrías disfrutar de Shadows of the Damned al 100%, y resumiría como fue que pude apagar mi cerebro para jugarlo y dejarme llevar por todo.

Este es ese juego con el que tengo una relación amor odio, y no podría pedir más.