Hideo Kojima mostraba su nuevo juego Death Stranding en los Game Awards de este año, y a pesar de lo mucho que me molestan los teasers cinemáticos que sacan muchas empresas en lieu de mostrar el juego en acción, este caso en partícular tiene algo que lo diferencia del resto.
No solo estoy hablando de las cosas raras que muestran en el avance – que si los soldados esqueleto, o Mads Mikkelsen luciendo como un espectacular villano de anime, es más sobre el mundo que nos presentan en poco menos de cinco minutos.
¿Qué son estos cordones que conectan todo? ¿Cuál es la importancia de cuidar a estos infantes? ¿A qué se debe la presencia de esposas en las manos de quienes los cargan en sus brazos? Estas no son solo preguntas que uno se hace en plan de cuestionar lo que se ve en pantalla, son cosas que te hacen pensar en como viven estas personas en un mundo que luce como el de Death Stranding.
Y es justamente lo que me ha llevado a una revelación que quizá era muy obvia para unos, pero que seguro va a enojar a otros: la verdad es que la jugabilidad me importa menos que la atmósfera.
En el especial de Halloween estuve analizando muchos juegos que eran simplemente subpar; no son precisamente luminarias de la industria gracias a su gameplay innovador o aspectos que revolucionarían la industria como los pioneros de antaño, pero me gusta hablar de ellos porque quiero que otras personas que aprecian el medio de manera similar sepan de su existencia, de que hay juegos que si bien no son brillantes mecánicamente hablando, son capaces de transportarte a un mundo completamente desinhibido de los paradigmas de la sociedad en la que vivimos. Mundos con una moral diferente, donde las reglas son otras y las cosas mas pequeñas nos causan incomodidad tremenda.
No solo se limita a videojuegos, también me pasa con películas e incluso anime. Judge Dredd (la película de Stallone, no la nueva), RoboCop (la dirigida por Paul Verhoeven, no la nueva), Starship Troopers, Battle Royale, Tenshi no Tamago y Demon City Shinjuku se me vienen a la mente. Mundos espectaculares que simplemente no funcionan como el nuestro, pero que a la hora de juzgarlos por los méritos habituales que busca un crítico profesional, quizá no den la talla.
Por eso estoy tan emocionado luego del avance de Death Stranding. No tengo idea de como se va a jugar, pero estoy 1000% seguro de que me va a gustar (a menos que sea exclusivamente multiplayer, o MMO, en ese caso me voy a desinflar como globo).
¿Es esto realmente algo malo? eso varía de persona en persona. Muchos gamers prefieren ser cínicos a la idea de que alguien se emocione por un video que no muestra jugabilidad alguna, en especial si estos quedaron decepcionados por Metal Gear Solid V, pero yo de verdad obtengo mucha más diversión con tan solo poner mis pies en estos lugares increíbles y las historias que cuentan en ellos. Un buen gameplay es simplemente la cereza sobre el pastel que diferencia un juego perfecto adorado por el mainstream del imperfecto que solo pocos pueden comprender.
Esto no quiere decir que esté bien tener un gameplay terrible por haberse enfocado en el ambiente – y ojo que ambiente no equivale a gráficas de super alta tecnología – pero lo digo porque en el caso de que Death Stranding sea de hecho «malo», existe una gigantesca posibilidad de que lo disfrute y que inclusive llegue a ser uno de mis juegos favoritos de todos los tiempos. Total, que ese honor lo tienen juegos como No More Heroes, Killer 7, The Silver Case y Flower, Sun and Rain; todos con sus peculiaridades que les impiden ser reconocidos como algo más allá de éxitos de culto, pero que de igual forma lograron transportarme y hacerme parte de su universo.
¿Que Kojima es un hack que solo sabe hacer películas? la verdad no me importa, siempre y cuando me permitan vivir en el planeta de Death Stranding por lo que dure su historia todo estará bien. Me importa muy poco si se juega como The Division, estoy seguro de que el mundo que lo rodea me va a enganchar como loco.
Sólo espero que de verdad no sea un MMO o con muchos aspectos multijugador; en serio, lo juro por Madoka que me voy a cortar las pelotas si llegan a traicionarme de esa manera.
El bienestar de mis bolas está en tus manos, señor Hideo Kojima, no la cague por favor, que me gusta tenerlas colgando.