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La existencia de Grasshopper Manufacture, incluso hoy en día, es un milagro de la industria del videojuego.

Sus obras son desafiantes, y en muchas ocasiones rompen lo que te esperas del medio. Su lema es Punk is not Dead, y es evidente la influencia de esta visión en sus juegos. Claro, ahora mucho de su output reciente puede ser formulaico, me atrevo a decir que hasta genérico en el mismo contexto en el que podrías describir a Tim Burton: Lleno de detalles y subversiones que han repetido ad nauseam en un esfuerzo por seguir siendo «diferente» en un mundo donde lo que hacen se volvió la norma.

Pero sigue siendo un milagro. En el pasado fue uno de los precursores de videojuegos dirigidos específicamente hacia adultos. Silver Case y Killer 7 tocan temas como sexo, tráfico de personas y mentes criminales en una manera cruda que no se había visto hasta ese entonces. En el presente -y contrario a lo que podría parecer- son unos maestros de la administración, capaces de hacer juegos con presupuesto y tiempo extremadamente limitado, lo que en consecuencia ha mantenido a flote al estudio a pesar de que sus juegos no venden casi.

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Mucho de esto se refleja en el arte del libro que nos ocupa, convenientemente llamado El Arte de Grasshopper Manufacture. Este artbook es una compilación de los trabajos más significativos en la historia de este estudio y de su cabecilla, Goichi Suda.

Como es de esperarse, los juegos más conocidos de esta casa son los que ocupan más páginas: Lollipop Chainsaw, No More Heroes, Killer 7, Shadows of the Damned y Killer is Dead resaltan como dedos hinchados, pero no significa que sus otros trabajos fueron ignorados. De hecho, es de notar que muchos de los juegos que no fueron desarrollados estrictamente por GHM, como es el caso de las colaboraciones con Digital Reality (Sine Mora, Black Knight Sword) y juegos licenciados como Evangelion 3nd Impact tienen su espacio acá, incluso si en varios casos se reducen a cortos párrafos sin mucho arte que mostrar.

 

El libro está impreso en papel glasé de dureza significativa, y el libro es generosamente grueso, más o menos 300 páginas que están diseñadas de forma minimalista, dando enfoque al arte con notas sobre el proceso de creación. La distribución de espacio fue diseñada para el japonés como principal idioma, pero cuenta con un anexo lleno de traducciones de todas estas notas y pensamientos, convenientemente identificadas de modo que puedas ubicarlas. Lo único malo es que involucra cambiar de páginas constantemente, pero es un mal insignificante.

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Una observación que puedo hacer es que justo cuando llegas al apartado de The Silver Case – juego por el cual compré el ejemplar debido a que no hay mucho arte en internet sobre este título en particular-, las páginas dejan de ser en glasé grueso a color y se vuelven papel común en blanco y negro. Una decepción si no fuera porque el arte de Silver Case es en su mayor parte retratos y cortes monocromáticos, pero me sigue pareciendo una patada en los huevos que me hayan hecho eso considerando que era el selling point para mi, ver arte inédito de un juego que nunca hemos recibido en nuestra región.

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Para culminar, me gustaría que hubieran incluido más arte de juegos relativamente desconocidos de esta casa, como lo es Diabolical Pitch, pero supongo que el espacio era limitado en esta ocasión y se debía reservar para las propiedades más populares y conocidas.

The Art of Grasshopper Manufacture es una excelente compilación del espíritu punk que caracteriza – o solía caracterizar – a Grasshopper Manufacture y a su director Suda51. A pesar de que hoy en día sus juegos no ofrecen el mismo feel de antaño y, para ser francos, pecan hasta de genéricos, este libro me hace entender que no es realmente culpa de ellos que las cosas hayan cambiado, por lo que mantengo la esperanza de ver un juego 100% GHM ahora que están bajo el ala de GungHo, quienes seguro les ofrecen dinero infinito producto de Puzzle and Dragons.

Observaciones extra

  • Shadows of the Damned se supone que iba a ser un juego con historia compleja, con monstruos sacados de las más retorcidas obras de Franz Kafka, pero EA lo obligó a simplificar su visión al punto en que terminó siendo una común historia de rescatar a la dama en apuros.
  • Los medios de este lado del charco criticaron fuertemente a Suda51 por el minijuego de gigoló en Killer is Dead, pero este fue incluido debido a las exigencias de Kadokawa. Básicamente, debían meter cuantas chicas lindas fuera posible para poder vender más. Lo mismo con Lollipop Chainsaw y sus atrevidos trajes extra. Luego de esto, Suda expresa que no quiere que la imagen de GHM sea un equivalente a juegos eróticos, pero creo que el daño ya está hecho para muchos periodistas políticamente correctos.
  • The Silver Case fue una batalla cuesta arriba, donde su experimento fue visto con burlas desde muchos ángulos durante la producción. Y no me extraña en lo absoluto, Suda51 quería hacer un juego completamente enfocado al público adulto en una época donde los videojuegos eran productos principalmente para niños. En más de una forma, se podría decir que GHM fue el primer desarrollador en enfocarse enteramente en este naciente sector de la industria, junto a otros como Human, lo cual me hace pensar que sus primeros trabajos serían mejor recibidos e incluso alabados en el ambiente actual del videojuego, en especial considerando que tocaba temas que nadie se atreve a reflejar hoy en día.
  • Esto es solo un pequeño extracto de lo que puedes hallar en el libro, pues hay mucho mas esperándote en caso de que decidas adquirirlo. Si eres un fan de Grasshopper Manufacture, entonces esta es una compra esencial para ti.

Puedes obtener este libro en Amazon (enlace sin referral).