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Coming-of-age es un género que se enfoca en la evolución a nivel personal de una persona joven, la historia de un periodo en la vida de toda persona en donde se auto-descubren aquellos aspectos que pasan a tener mucha más importancia en la vida adulta y es lo que podría resumir un trabajo como Aku no Hana, Flowers of Evil.

Es la historia de Kasuga, un adolescente promedio que está estancado en un pueblo que detesta, que ahoga toda sensación de superación. Se cree muy maduro para la edad que tiene y rechaza las convenciones normales de lo que se espera sea un adolescente común, y este contraste entra a la hora de la interacción con sus compañeros de clase que por lo general son el polo opuesto a su reservada corteza externa. Lo hace conscientemente, el sabe que el comportamiento habitual que muestra frente a otras personas e incluso en la privacidad de su habitación no es realmente como se siente en general; Kasuga quiere algo más, pero no sabe realmente qué es.

Siempre carga un libro consigo, este libro le da el nombre a esta historieta y le sirve, como el mismo le dice al lector, para pretender que es una persona culta, pues realmente no entiende lo que tiene en las manos. Las flores del mal es un libro de poemas bastante complejo, algo que los compañeros de clase señalan con frecuencia y esto por supuesto le encanta a Kasuga, pues siente que le da un estatus que lo coloca por encima de sus colegas. Es la definición de pretencioso, pero es esta muestra de sus fallas lo que me hace comprender como la vida fuera de nuestros pasatiempos juega un papel vital si eres una persona creativa.

El autor de Aku no Hana varias veces indica en las notas de cada episodio como el pueblo montañero donde hace vida Kasuga y compañía está fuertemente inspirado en el lugar donde creció, e inclusive aquella pretensión de querer parecer culto para impresionar chicas es también un aspecto de sí mismo que le ha inculcado a Kasuga como personaje. Kasuga es humano, se siente humano por todos esos toques que el autor le ha inyectado gracias a las experiencias de su vida mientras crecía. Es el experimentar fuera de los confines de tu zona de confort lo que da vida a las mejores creaciones y esto se ha visto con bastante frecuencia. Sin ir muy lejos, Shigeru Miyamoto creó The Legend of Zelda para replicar sus aventuras en la cadena de cuevas que hay en su pueblo natal. Esto es importante: La mejor manera de separar tu trabajo del resto es no inspirarse por cosas en el mismo campo, al menos no a un nivel fundamental porque esto da paso a la reiteración, a la repetición de ideas, por eso el seinen en general destaca en un mercado saturado porque son historias originales creadas a partir de experiencias fuera de nuestra cámara de eco.

Sí, puede que en Aku no Hana el personaje de Kasuga dibuje más de un paralelo con otros personajes «llorones» como Shinji Ikari de Evangelion, pero algo que muchos obvian es que estos son personajes con fallas marcadas, gente fuertemente afectada por su entorno y que por ende no pueden actuar de la misma manera que una persona sin las mismas experiencias. Que de paso representan etapas que sus creadores vivieron en carne propia en algún punto de sus vidas.

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No es una fantasía

Aku no Hana nos muestra en su primera mitad dos intereses románticos: Nanako Saeki y Sawa Nakamura, ambas completamente distintas entre sí y proveen de la ración de drama que moverán la historia incluso luego de que dejan de aparecer. Pero es Nakamura quien tiene una peculiar cualidad que consiste en tomar un clásico estereotipo y llevarla a su conclusión lógica en la vida real. No hablo de otra cosa que de la Manic Pixie Dream Girl.

Manic Pixie Dream Girl es un concepto que normalmente se asocia con personajes que parecen fuera de este mundo, una chica de semblante ingenuo que ayuda al protagonista a resolver sus problemas emocionales. Tienes este arquetipo de un hombre sin ganas de seguir adelante, que necesita un empujón para salir del pozo en el que se encuentra y de pronto llega esta chica de ensueño, aparentemente sin fallas y que parece la vecina más accesible del universo, a enseñarle que la vida no es solo para sentirse triste y que hay mucho más de lo que el ojo puede ver. Es una fantasía muy común pero con muchas fallas, mal ejecutada se siente vacía y perezosa, y reduce a esta chica a una herramienta sin mucha influencia sobre si misma. El caso de Sawa es que cumple al pié de la letra lo que es una Manic pixie dream girl: Es quien se ocupa de darle el empujón a Kasuga para que deje de ser un depresivo adolescente y asimile quién es en realidad, pero es una deconstrucción al descomponer cada uno de los aspectos de este estereotipo y ponerlas a prueba en un escenario realista; No existe una mujer perfecta, no existe una mujer que aparezca mágicamente para resolver tus problemas, esta es una joven solitaria que quiere compartir su vida con alguien similar a ella, que la saque de un pueblo que la ahoga cada día más. Sawa Nakamura ayuda a Kasuga a ser él mismo pero solo para su propia conveniencia, Sawa quiere dejar de sentirse sola, y Sawa está dispuesta a arrastrarlo al infierno para lograrlo. Ella tenía un interés genuino en su verdadera personalidad, pero al tratar de sacarla a flote solo terminaría decepcionada. Sawa Nakamura no es perfecta, ni está para darle el empujón a Kasuga, es una persona llena de fallas y quería que alguien igual de defectuoso la acompañara a escapar de sus problemas. La pixie es tan problemática como el hombre al que intenta ayudar.

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Es importante señalar esto porque el estilo de dibujo en Aku no Hana corresponde a uno bastante común en el manga, cada chica tiene un encanto moé bastante clásico pero sus personalidades son más como la de una persona real que de la fantasía común que muchas veces se explota en los medios. Siguen siendo waifu materials, pero hay mucha más tela que cortar en sus personalidades.

Conforme avanza la historia, el aspecto de coming-of-age de Aku no Hana sale a relucir gracias a esta chica «de ensueño», quien por todos los medios intenta sacar al verdadero Kasuga, aquel que este intenta ocultar detrás de una pretenciosa fachada. Los personajes se desarrollan de una forma muy inteligente a través de sus interacciones en un sube y baja emocional, la composición de cada cuadro transmite el peso emocional de cada decisión, de cada pensamiento, a través de un lenguaje simbólico que puede llegar a ser confuso pero que siempre cumple su cometido. Escribo esto y siento que estoy olvidando, o de plano no tengo idea de como describir algunas de las cosas que más me agradan de este trabajo, pero con este muro de texto pueden llegar a la conclusión de que lo mejor en Aku no Hana es sin duda lo humano que se siente este elenco de adolescentes con problemas emocionales con los cuales, hasta cierto punto, me puedo sentir fácilmente identificado. No todos fuimos un Kasuga mientras crecíamos porque sus circunstancias dependen mucho del lugar donde ha crecido, pero es su lucha por descubrir quién es, y qué es lo que quiere para su futuro el aspecto universal bajo el cual podemos sentir empatía, que si bien no justifican muchas de sus acciones se puede admirar con mucha facilidad las agallas que han requerido el avanzar a través de ese océano de mierda, el cual se pone mas y mas espeso con cada episodio. (Gracias, Shawshank Redemption!)

Y es así como la primera mitad se enfoca en este crecimiento, la segunda parte es como van superando poco a poco el pasado, conociendo nuevas personas, teniendo nuevas experiencias en un entorno distinto, fuera de la burbuja que era aquel pueblo en el que estaban encerrados. Llegar a ser adulto es asimilar los errores previos y usarlos para nuestro beneficio pues sólo así se puede crecer como persona. Kasuga entiende esto, comprende que no puede estar ahogado toda la vida y tiene que seguir adelante, es casi en este punto donde todo termina y no hay que dar más rodeos. Esta historia cuenta de principio a fin la evolución de un elenco que al final de cuentas creció y pudo superar cualquier obstáculo emocional en el camino, se podría decir que jamás extendió su bienvenida, lo cual se aprecia bastante.

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Un mensaje para los nuevos creadores

No es un trabajo para todos los gustos, y aunque su desenlace se sintió un poco acelerado (quizá por las ganas del escritor de terminar la historia sin seguir dándole vueltas al asunto), es una recomendación que puedo dar fácilmente si estás en la onda de leer algo más personal y con valor literario. Funciona también como un recordatorio de que hay vida más allá de nuestras cuatro paredes, llena de experiencias que pueden enriquecer y hacer que tu trabajo pueda romper los límites que te has trazado en base a los trabajos de otros autores. No es el primer trabajo que aplica esto, obviamente, pero sirve de recordatorio de que este es el mejor camino a seguir si quieres dejar un impacto en las personas que tienen tu trabajo en sus manos.

¿Prefieres hacer Mirai Nikki 2.0 o algo que nadie ha visto antes?