No me gusta capitalizar en el fallecimiento de alguién para atraer números.
A pesar de que este blog no es monetizado y no hay anuncios de ningún tipo, se siente un poco… mal, el escribir inmediatamente sobre temas así para aprovechar que es una tendencia, por eso esperé un par de días.
Aunque no he venido a hablar de eso, la verdad es que quiero plasmar en palabras el profundo respeto que siento hacia Satoru Iwata, que en vida no tuve la grandiosa oportunidad de conocerlo en persona. Su filosofía para los negocios y la manera en la que manejaba a Nintendo siempre ha sido sujeto de controversia, pero esto jamás lo fue para mi.
¿Por qué? bueno, es dificil de explicar algo tan subjetivo, pero bajo su mandato, Nintendo tenía alma.
The Nintendo Difference
En la E3 donde se revela el Nintendo Gamecube, Iwata entraba muy recientemente como un alto ejecutivo dentro de la empresa. A pesar de que era técnicamente el presidente de operaciones, las decisiones finales las seguía tomando el señor Hiroshi Yamauchi… algo así como Vince McMahon y la WWE.
Minuto 8 en adelante.
Con el poco tiempo que llevaba al mando, Iwata usaba lo que había aprendido durante sus años como desarrollador de juegos para tomar las decisiones del día a día, lo cual dio paso a una de las politicas más divisivas entre los jugadores: Nintendo ya no está compitiendo por el mismo mercado que Sony.
En un mundo donde todo empezaba a tomar un rumbo muy serio, más «cinemático», gris, donde la palabra diversión se iba haciendo cada vez más tabú, Nintendo decide que su factor diferencial era enfocarse en una consola cuyo propósito fueran los videojuegos como pieza central; no un lector de DVD, no artilujios multimedia, solo una amalgama de hardware dedicado a proveer los mejores títulos que pudiesen crear. Juegos coloridos, llenos de mundos únicos que solo se pueden explorar en maquinas de Nintendo.
¿Qué Nintendo es muy conservador? ¿Raro? ¿Qué nunca está «a la par» con la competición? ese es el chiste, McBain.
Y así continuaron.
Yamauchi le otorga a Satoru Iwata el control de Nintendo porque este comprendía lo que hacía a la empresa algo diferente, especial. Este hombre empujaba a Nintendo a dar lo mejor de sí, que hasta incluso el peor juego que llegaban a sacar era siempre una experiencia pulida, completa, sin necesidad alguna de proveer parches o contenido descargable pagado. Prefería cortar su sueldo a despedir gente, y amaba los videojuegos con un fervor tan gigantesco… que en cada uno de los productos de la gran N puedes percibir el esfuerzo con el que se llevan a cabo.
En pocas palabras, lo que más adoro de Nintendo vino con Satoru Iwata. No en la era del NES, SNES o Nintendo 64, si no con el Gamecube y lo que este representaba; amor concentrado por los videojuegos.
Sea quién sea el que tome las riendas de la empresa, espero que tambien pueda comprender los factores diferenciales de los cuales Iwata estaba tan orgulloso. Su meta era hacer a las cónsolas de Nintendo un lugar sin igual, que fuera una luz de colores en medio de empresas que se toman muy en serio a si mismas.
Bajo Iwata, esta es la diferencia que me hace adorar a Nintendo: El hecho de que no se parece en nada a su competencia.
Por eso lo voy a extrañar mucho; porque no tengo idea hacía donde van a ir de ahora en adelante, porque no volveremos a verlo en un Nintendo Direct, porque no volveré a leer un Iwata Asks, porque temo que Nintendo vuelva a cerrarse.
¿Qué otro ejecutivo de una empresa multinacional se tomaría el tiempo para dirgirse a nosotros… directamente?
Que duermas bien, Iwata-san.