Luego de Osamu Tezuka, el trono de Dios del Manga probablemente iría a Mitsuteru Yokoyama, otro autor extremadamente prolífico que dejó su marca en la industria iniciando muchos géneros por cuenta propia. Desde Mahoutsukai Sally siendo considerado el primer trabajo de chicas mágicas hasta Tetsujin 28-go siendo el primer trabajo de mechas. Yokoyama también sirvió de inspiración a autores como Hirohiko Araki.
Uno de sus trabajos, Giant Robo, fue creado por orden de Toei luego del éxito de Tetsujin 28-go. Sin embargo, luego de esta adaptación(Un Tokusatsu de 26 capítulos), no recibió ninguna otra… hasta los 90s, donde Yasuto Yamaki (Productor de Urotsukidouji y Princess Nine) se le acercó a Yasuhiro Imagawa (Director de G Gundam) con la idea de una adaptación en forma de OVAs, e Imagawa siendo un gran fan de Yokoyama, aceptó.
Pero durante pre-producción, se enteró que no podría usar personajes secundarios ni del manga original ni de la serie tokusatsu. Yokoyama, sin embargo, le dio permiso de usar cualquier otro personaje de sus otros trabajos. Imagawa procedió a crear una historia original donde Daisaku Kusama todavía pilotea a Giant Robo y pelea contra Big Fire, pero además de esto tiene a personajes de muchos otros trabajos de Yokoyama como Akakage, Babel II, Mahoutsukai Sally, Godmars, Sangokushi (Mejor conocido como Romance de Tres Reinos), Suikoden (No, no ESE Suikoden) y… todo el cuerpo de trabajo de Yokoyama realmente. Notoriamente los personajes están incluidos no como referencias obvias a sus personajes, muchas veces siendo perfectamente reconocibles pero con nombres cambiados, evitando que se sienta como un crossover gigante muy obvio y más como un trabajo original.
La historia de Giant Robo: The Day the Earth Stood Still (Chikyū ga seishi suru hi/ El día que la tierra se detuvo) empieza simple y es resumida en su narración inicial:
En el futuro que viene, la tercera revolución energética es traída con la invención del Shizuma Drive, y con el la humanidad celebra una nueva era de prosperidad.
Pero en las sombras de nuestra esperanza, dos poderes chocan.
Big Fire: La organización secreta buscando la dominación mundial.
Pero no desfallezcan, para defendernos de esta amenaza se han formado los Expertos de la Justicia de la Organización de Policía Internacional, formado por miembros de alrededor del globo. Luchando a su lado está el robot más poderoso de la tierra: Giant Robo, comandado por un solo joven: Daisaku Kusama.
La trama detona con el aparente retorno del doctor Franken Von Vogler, el supuesto culpable de un incidente horrible hace años, su regreso se anuncia junto a las muertes de los científicos que descubrieron el Shizuma Drive. Al mismo tiempo, Big Fire recibe a un nuevo socio llamado Genya, que tiene en su poder dos de tres tubos experimentales que al parecer pueden traer consigo una catástrofe similar a la que ocurrió años atrás.
Y este misterio es el que marca el ritmo de Giant Robo de principio a fin. ¿Qué son los tubos? ¿Cuál fue la catástrofe? ¿Quien es exactamente Von Vogler? Estos misterios se resuelven a medida que la trama va avanzando, todo junto a la pregunta de si la paz se puede conseguir sin sufrimiento, en una historia con un gran énfasis en desarrollo de personajes y en el impacto de figuras paternas en el desarrollo de cada persona.
Hay incluso una sutil pero genial alegoría a la complicada relación de Japón con la energía nuclear.
Giant Robo es un anime lleno de tonos grises. Los héroes tienen su propio pasado tumultuoso y muchas veces se siente como si su alineación nace más de un esfuerzo por redimirse, los villanos son todos personas que sienten que estás haciendo lo correcto, que trabajan para un bien mayor que creen que vale la pena, hasta los mooks de Big Fire reciben cierta medida de humanización cuando sus recursos empiezan a cortarse. Hay incluso un punto a medio camino donde Genya, en sus esfuerzos por cumplir sus objetivos pone a ambos bandos contra el. Dice bastante cuando un trabajo es capaz de crear un conflicto de tres bandos, donde el “mal mayor” no es un bastardo más grande sino alguien cuyos objetivos hacen conflicto con el resto.
Todos los personajes tienen profundidad y pasan por toda clase de desarrollo. Notoriamente Daisaku, quien luego de experimentar grandes cantidades de violencia se niega a combatir, pero esta actitud se muestra no como noble sino como idiota. El problema no es el idealismo de Daisaku sino cómo lo aplica. Y todo esto se junta para un gran final memorable.
Y con todo esto no he ni siquiera mencionado la clase de setting en la que ocurre todo. Es un mundo donde robots gigantes conviven con cyborgs, con ninjas, con samurais, con un sujeto que corta cosas chasqueando los dedos, con espers, con generales japoneses, con estrategas chinos, con magos, con una pantera hecha de sombras, con hombres inmortales, con monjes que pueden crear ilusiones, con Alberto The Shockwave…
Y quizá este fue mi primer problema al empezar a ver la serie. Giant Robo no es una serie de Mechas tanto como es una serie CON mechas. Es más similar a una pelicula de acción como Crouching Tiger Hidden Dragon pero más exagerada. El conflicto de expectativa hizo que no disfrutara tanto la primera parte, pero luego de acostumbrarme fue un viaje genial.
Y mencionaría con frustración cómo terminó en una suerte de cliffhanger (Todos los hilos de trama se ataron perfectamente al final pero el final da paso a uno nuevo justo cuando termina), sin embargo, dicho cliffhanger es en parte para atar al manga Giant Robo: The Day the Earth Burned (El día que la tierra ardió), así que puedo dejarlo pasar.
Giant Robo es una de esas series que nunca se detienen, que nunca paran, que jurarias que ya estás cerca del final y te das cuenta que apenas vas por el capítulo 4 de 12. No puedo recomendarla lo suficiente seas un fan de los mechas o no. Ofrece una clase de acción distinta, una clase de drama distinto, e incluso cuando ves venir como será el final se siente menos como algo predecible y más como saber a dónde te llevará el viaje… y esperas con anticipación ese destino.
Podría pasar más parrafos hablando sobre los personajes, sobre las tramas, sobre el ritmo y desarrollo de cada escena. Pero es uno de esos casos donde lo mejor que puedo decir es: ¡VEANLA!